Según la teoría apocalíptica del mundo maya, el fin del mundo tendrá lugar mañana 21 de diciembre, así que por si las moscas, me he despedido de algunas cosillas… para empezar, este fin de semana me pegué unos buenos bogavantes y además asistí a mi primera clase de natación!
Pero como no me ha dado mucho tiempo para disfrutar de la vida, le he pedido a papi que me lleve al monte Bugarach! Sí, sí, salimos esta noche y estaremos toda la noche conduciendo. Según dicen, ese pico de los Pirineos franceses será el único lugar en el que sobreviviremos al apocalipsis augurado por el calendario maya.
Pero os tengo que contar… hace unos días tuve una aparición… estaba en la cuna con mi tortuga de luces azules y verdes cuando bajó del cielo un bebé-elefante, con orejas de burro y rabo de toro…(me refiero a la colita, mal pensado!) y me dijo…”eres Tirso, alias el puki?” y yo contesté: “sí, y tú de donde sales criatura?”… “vengo a advertirte que un escuadrón de bebés diabólicos con poderes sobrenaturales van a acabar con tu mundo este 21 de diciembre!”
jope, del susto que me dio me tiré un pedete sonoro y oloroso que ahuyentó al diablillo que se desvaneció sin dejar rastro… uffff…. tenía que avisar a mis padres, pero claro, cómo les iba a explicar que se me había presentado un bebé-elefante que pude ahuyentar con una flatulencia de las mías… difícil, pero lo conseguí! así que ahora estamos acabando de hacer las maletas para nuestro viaje…
De todas formas, no pensemos en negativo y dejarme explicaros mis últimas proezas. Michael Phelps, Ian Thorpe, Alexander Popov, Mark Spitz, y el mismísimo Johnny Weissmuller (Tarzán), temblarían al verme nadar mis primeros largos! La primera piscina me la tomé con calma para habituarme al nuevo hábitat, pero tras calentar, empecé a coger velocidad hasta que vi que ya no me mojaba!!! había alcanzado una velocidad de nado tan rápida que ya no tocaba el agua!
Mi primera clase de natación con Montse Mascaraque fue el 15 de diciembre de 2012, así que a partir de ahí a cosechar éxitos! Bueno, eso siempre y cuando lleguemos al monte Bugarach a tiempo…
Desde luego, como no se acabe el mundo mi padre es capaz de pasarme la factura de la gasolina…
